lunes, 23 de noviembre de 2015

NUESTROS INSTINTOS Y LAS MAXIMAS DE LAS RELIGIONES







NUESTROS INSTINTOS
Y
LAS MAXIMAS DE LAS RELIGIONES
 (Fragmento del artículo de 1914 Alrededor de un Cable)

     Acabo de leer la noticia cablegráfica de las crueldades que los cristianos del Epiro, Grecia, han cometido con los mahometanos. Dice el cable:
     “Durazzo, Albania, mayo 7. -Se reciben informes en esta ciudad de que los epiros han cometido actos de verdadera barbarie”.
     “En uno de los últimos combates que han tenido con los mahometanos prendieron 150 soldados de estos últimos y los crucificaron en la iglesia, quemando los cadáveres de los cuales salió una densa humareda que invadió la ciudad llenándola de acres olores de carne quemada”.
     Aunque las pruebas de que los cristianos no son ningunos corderitos han sido abundantes durante la reciente guerra balkánica, no está de más que venga otra prueba fresquecita a acabarnos de quitar la venda, en cuanto a la mansedumbre evangélica de esas palomitas de Cristo que allá en el Epiro se entretienen en la piadosa tarea de crucificar y quemar vivos a los turcos.
     Recuérdese que no son sólo los lejanos epirotas los cristianos que conservan todavía el hábito de quemar vivo al prójimo. Aquí, muy cerca de casa, tenemos también cristianísimas personas que, en menos de lo que canta un gallo, despachan un negro por el mismo procedimiento ese, tan expeditivo y tan clásico, de la quema.
     Casi no necesito decir que hablo de los linchamientos que tienen lugar, un día si y otro no, en los Estados Unidos.
     De todo lo cual no es posible inferir otra cosa sino que las máximas de las religiones tienen muy poca o ninguna influencia sobre las acciones de los hombres. Precisamente cuando pesaba más sobre la humanidad el sentimiento religioso, en los ya distantes tiempos medievales, era, ¡ay!, cuando con más sandunga se mataban y se achicharraban las gentes.
     Y ahora mismo entre nosotros, el mismo hombre que por la mañana entra en la Casa del Señor y se arrodilla y reza con verdadera unción veinte padrenuestros, más de un caso se ha dado de que por la tarde, en un negocio de usura cualquiera, se le haya visto devorar de un bocado el patrimonio de toda una familia.
     ¿Cómo pueden caber en un solo hombre dos sentimientos tan opuestos como el sentimiento, dulce y blanco, emanado de la evangélica frase ama a tu prójimo como a ti mismo; y el otro sentimiento rojo que se traduce en horrendas usuras y en quema de negros o de turcos? No se puede dudar de que caben, ya que nos lo dice la experiencia diaria. Sólo nos resta, pues, buscarle una explicación al extraño e interesante fenómeno; y la que, después de mucho leer y cavilar, me parece más lógica, más sensata, es la de que por debajo de lo que creemos está lo que sentimos, y más abajo aún, en la capa subterránea de lo subconsciente, está la falange misteriosa de nuestros instintos; y esta falange, que no es cristiana, ni mahometana, ni espiritista, ni budista, ni siquiera deísta, porque hasta ella no baja nunca la luz del pensamiento, esta falange indómita y terrible es la que nos gobierna siempre, recemos o no recemos padre-nuestros.
     ¿Queréis hombres mansos que no maten o quemen ferozmente al prójimo? Pues debilitad sus instintos de manera que no se salgan siempre con la suya. Y esto, ¿cómo se logra, cuando hemos visto, que la gran fuerza de la religión nada o casi nada puede? La experiencia, la diaria y sapientísima experiencia contesta por mí, diciéndonos, con innumerables e irrebatibles pruebas, que, a medida que van naciendo en el hombre, por el bienestar y la cultura, instintos conservadores y mansos de confort, de pulimento, de arte, de sociabilidad, de curiosidad intelectual, y otros de la misma índole de éstos, la falange indómita y brutal de sus instintos subterráneos de bestia, va afinándose, debilitándose, muriéndose; hasta que llega un día en que, naturalmente, sin oraciones a Mahoma ni a Jesús, nuestro hombre se desmaya ante la sola idea de una familia despojada o de un negro o un turco quemado.









VOCABULARIO





1.Corderitos= Personas apacibles, clementes, compasivas.

2.Palomitas= Personas de genio pacífico y bondadoso.

3.Despachan= Que matan, quitan la vida.

4.Expeditivo= Dícese de lo que facilita la salida en un asunto.

5.Máximas= Doctrinas de contenido moral o educativo. Normas de conducta.

6.Sandunga= Se usa para indicar que se hace por diversión.

7.Unción= Devoción, recogimiento y fervor.

8.Dulce= Afable, complaciente, dócil.

9.Blanco= Inmaculado, purísimo.

10.Rojo= Intolerante, intransigente.

11.Falange= Número indeterminado y abundante de cosas.

12.Cristiana= Peteneciente a la religión de Cristo y arreglada a ella.

13.Mahometana= Que profesa la religión de Mahoma.

14.Espiritista= Que profesa la doctrina de los que suponen que pueden ser evocados los espíritus de los muertos para conversar con ellos.

15.Budistas= Que profesan la religión de Buda.

16.Deísta= Que profesa la doctrina que reconoce un Dios creador, pero sin admitir revelación o culto externo.

17.Mansos= Apacibles, sosegados, benignos y suaves en la condición. 






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